La mayoría de los vendedores de viviendas sueñan con una venta sin estrés. Quieren encontrar rápidamente un comprador cualificado, cobrar el dinero y entregar las llaves. Vender una casa implica muchas tareas.
Contrata a un agente que conozca el mercado
Internet facilita la consulta del historial de ventas y las designaciones profesionales de los agentes inmobiliarios, para que pueda elegir a la persona adecuada con la que trabajar. Para saber más sobre este artículo, ver esta página. Consulte los perfiles en línea de los agentes para ver cuánto tiempo llevan en el sector, cuántas ventas han realizado y qué designaciones han conseguido. Preste atención a cómo y dónde comercializan sus anuncios, y si utilizan o no fotos profesionales. Sin embargo, un agente con experiencia hará mucho para ganarse sus honorarios. Por ejemplo, puede exponer su casa al mayor número posible de personas y negociar en su nombre para conseguir las mejores ofertas posibles. Si lo hace solo, tendrá que gestionar personalmente la preparación de su casa, comercializarla, revisar las ofertas de los compradores y ocuparse de todas las negociaciones y los detalles del cierre.
Fijar un precio realista
Para fijar el precio de su casa desde el principio, compruebe los datos comparativos de su vecindario. Se trata de hojas informativas sobre las propiedades vendidas recientemente en una zona concreta. De un vistazo, puedes hacerte una idea del precio de venta de las viviendas de tu entorno. Un error común que cometen los vendedores es poner un precio demasiado alto a una casa y luego bajarlo periódicamente. Algunos vendedores piensan que esta práctica es la que mayor rendimiento les dará. Pero en realidad, a menudo ocurre lo contrario: las viviendas con un precio demasiado elevado desaniman a los posibles compradores, que ni siquiera se plantean mirar la propiedad. Así que lo mejor es eliminar la necesidad de múltiples descuentos poniendo el precio de su casa para atraer al mayor número de compradores.